Salimos al patio trasero de la casa. La luna brillaba sobre nosotros dándole un toque misterioso a todo. La brisa de la noche era todavía cálida y un pequeño murmullo salía de la casa, a parte de eso no se oía nada más.Nos sentamos en un gran columpio en el jardín y comenzamos a balancear nos.Apoyé mi cabeza sobre el pecho de Jace y sus latidos me reconfortaban.
- ¿Sabes? Me encanta tu familia- comentó inocentemente.
Me reí y el puso una mueca extraña
-¿De que te ríes? -preguntó
- No hace falta que digas que te gusta mi familia para hacerme sentir mejor, tu y yo sabemos perfectamente que somos una panda de locas extrañas.
-Me gusta tu familia, ¿y sabes por qué? Porque tienes un poco de cada una de ellas.Eres extravagante como tu tía Mery, contesto na como Shery, alocada como Carol , valiente como Agatha , pacífica como tu madre y por lo que me han contado; eres sabia como tu abuela.
-Creo que desde que has soltado la mentira más gorda de tu vida, ¿yo valiente? ni en sueños, ¿pacífica? ¿ es que no recuerdas el día que me pele con Jack por una gominola y no nos hablamos en una semana? y lo pero de todo es sabia, en serio, no me gustan que me tomen el pelo.Tu sabes que soy un asco en matemáticas y no hablemos de biología y...
Me cortó con un beso, en serio, tiene que dejar de hacer eso.Bueno mejor no :)
-Eres perfectamente imperfecta, todo lo que he dicho y más.Porque tambien eres la persona mas dulce del mundo, ayudas a cualquiera, eres buena con todos, no haces distinciones. Pero para mi eres más, eres mi mundo, la estrella de mi cielo, eres la leche y yo el cola cao, sin ti no soy nada y contigo todo, ¿no ves que me haces falta?
Una lagrima bajó por mi mejilla, nunca nadie me había dicho una cosa tan bonita.Jace me la quitó con el pulgar y con un gesto preocupado me habló.
-¿Que te pasa?
-Es que no me gusta la leche sola
Nuestras risas se oyeron en todo el barrio, por un momento el se preocupó, ¿ en serio creía que después de todo en lo que me a ayudado y lo que me acaba de decir que es tan bonito lo hiba a rechazar? Ni loca.
-Eres mala ¿sabes? Casi me matas.
-Mmm ¿cuánto queda para eso?
-No se pero de lo que estoyy seguro es de cmo quiero morir.Quiero morir ahogado, ahogardo por un beso tuyo.
Después de dejarlo ''moribundo', entramos de nuevo en mi casa.
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Estuvimos conversando un rato más y por fin mi abuela se dignó a aparecer.Estaba cargada de platos y Jace se levantó a ayudarla.Cuando lo vio, mi abuela se desplomó, Jace la cogió y enseguida mis tía y mi madre sacaron su varita y la llevaron al coche, mis primas las siguieron.Yo no, ¿que le había pasado a mi abuelita? Ella no podía morir ¿verdad? Apenas tenía 80 años, todavía era joven.El miedo inundó mi mente y paralizó mi cuerpo.Sentí unos brazon a mi alrededor y recordé que no esaba sola.Me di centa de que Jace estaba presente cuando hicieron magia y no había salido huyendo despavorido se había desmayado.Tal vez el estaba igual de asustado que yo o incluso, más.Pero aún seguía aquí, dandome su apoyo porque sabía que mi abuela para mi es muy importante.En silencio nos dirigimos a su coche y en silencio llegamos al hospital.En la recepción Jace pregunto por mi abuela y nos dieron su habitación, pero nos avisaron que no se podía entrar.
Odiaba los hospitales.Ese olor a desinfectante y a limpio mezclado con el dolor y sufrimiento producían una combinación insoportable.Ella se encontraba en la habitación 235, en la planta de transplantes. Alrededor de la puerta se concentraban mi familia menos Kate, supuse que su madre la habría llevado a casa.Sabía que Jace tendría muchas preguntas que hacer pero estaba muy cansada y cuando nos sentamos en un banco, él ofreció su regazo como almohada y al instante, caí rendida en los brazos de morfeo.
Odiaba los hospitales.Ese olor a desinfectante y a limpio mezclado con el dolor y sufrimiento producían una combinación insoportable.Ella se encontraba en la habitación 235, en la planta de transplantes. Alrededor de la puerta se concentraban mi familia menos Kate, supuse que su madre la habría llevado a casa.Sabía que Jace tendría muchas preguntas que hacer pero estaba muy cansada y cuando nos sentamos en un banco, él ofreció su regazo como almohada y al instante, caí rendida en los brazos de morfeo.